Efectos de un entrenamiento con sobrecarga excéntrica sobre la fuerza, la capacidad funcional y la masa muscular en personas mayores de 65 años
Objetivo: se estudió el efecto de un entrenamiento con sobrecarga excéntrica mediante resistencia inercial, sobre la fuerza, la capacidad funcional y la masa muscular en hombres y mujeres mayores de 65 años.
Métodos: se realizaron dos estudios. El primero para establecer la carga de trabajo y consistió en analizar el efecto de tres cargas inerciales diferentes sobre la manifestación de la potencia de los miembros inferiores en personas mayores, al ejercitarse en un dispositivo de volantes para el entrenamiento de la fuerza (YoYoTM). En este caso 20 mujeres y 21 hombres mayores de 65 años realizaron 3 sesiones, cada una con diferente carga y se compararon los valores de potencia concéntrica y excéntrica, media y pico, obtenidos en cada una. En el segundo estudio, 20 mujeres (edad: 71,5±3,9 años; talla: 153,2±6,1 cm; peso: 61,3±9,7 Kg) y 19 hombres (edad: 70,6±3,9 años; talla: 168,1±6,9 cm; peso: 76,3±9 Kg) conformaron un grupo de entrenamiento (GE), que durante 12 semanas, dos veces por semana, realizaron 4 series de 7 repeticiones máximas de squat supino con la carga seleccionada y en el mismo dispositivo de volantes inerciales. 16 mujeres (edad: 69,0± 4,9 años; talla: 154,2±5,2 cm; peso: 61,5±10,1 Kg) y 15 hombres (edad: 70,3±3,9 años; talla: 164,0±6,7 cm; peso: 75,4±10,9 Kg) conformaron un grupo control (GC) que no se ejercitó. En ambos grupos, antes y después del periodo de 12 semanas, se evaluó la fuerza máxima dinámica (FMD), la fuerza máxima isométrica (FMI), la potencia, la capacidad funcional y la masa muscular. Se compararon los valores pre y post de todas estas variables. Resultados: en el estudio 1 se encontró que las potencias concéntricas media y pico (PMEDIA y PPICO) en ambos sexos y la potencia excéntrica en las mujeres fueron menores con la carga inercial más alta; no obstante ésta produjo mayores picos de sobrecarga excéntrica en ambos sexos. Aunque la carga inercial más baja aumentó los valores de potencia concéntrica, ofreció menor sobrecarga excéntrica. Su efecto no difirió del producido por la carga intermedia en las mujeres y fue menor en la manifestación de las potencias excéntricas en los varones. Se concluyó que la carga intermedia sería la óptima para el entrenamiento propuesto.
En el segundo estudio, tras el entrenamiento, se encontraron ganancias en la FMI del 13,5% para los hombres y no en las mujeres. Sin embargo, cuando esta variable se expresó en valores relativos a la masa magra implicada, hubo mejoras en ambos sexos. La FMD en valores absolutos mejoró 12,3% en los hombres y 9,1% en las mujeres, ganancias que también se observaron en valores relativos a la masa magra. En la PMEDIA hubo mejoras en ambos sexos, pero difirieron en las cargas en que fueron obtenidas; los hombres tuvieron ganancias entre el 40 y el 70% de 1RM y las mujeres sólo al 50 y al 60%. En la PPICO sólo hubo ganancias para los hombres al 60 y al 80% de 1RM. Cuando la potencia se relativizó a la masa magra, las ganancias en la PMEDIA fueron similares en ambos sexos al 50 y 60% de 1RM y el resultado fue igual para la PPICO. En la capacidad funcional sólo se observaron cambios para la hombres en dos de las tres pruebas evaluadas (sentadillas en 30 segundos y marcha estacionaria), mientras que en las mujeres no se presentaron en ninguna. La masa muscular del muslo aumentó 3,5% en las mujeres y 2,9% en los hombres. Estas ganancias y las antes descritas para la fuerza se reflejaron en una mejora de la calidad muscular expresada en todas las manifestaciones de la fuerza, tanto en varones como en mujeres. Conclusiones: los resultados sugieren que el entrenamiento con sobrecarga excéntrica mediante resistencia inercial, primero: mejora en ambos sexos la fuerza máxima dinámica, la potencia y la masa muscular de la zona implicada; la fuerza máxima isométrica sólo mejora en los hombres. Segundo: no parece ser un método adecuado para mejorar la capacidad funcional, si bien, algunas variables mejoran en los hombres. Tercero: mejora en ambos sexos todos los valores de fuerza cuando se relativizan a la masa muscular, lo que se traduce en mejoras de la calidad muscular.